- La iniciativa busca cambiar la impresión del ‘soy malo para el inglés’ a través de la retroalimentación positiva.
Un proyecto interno de nuestro Centro de Investigación desarrollado en 2017, exploró las potencialidades del uso del feedback oral. El proyecto, liderado por nuestra investigadora. Mg. Roxanna Correa, se llevó a cabo en un séptimo año básico de un establecimiento educacional de la comuna de Concepción y consistió en introducir el uso de podcast para proveer retroalimentación (feedback) oral a las tareas de escritura en las clases de inglés.
“El problema se inicia porque las profesoras de inglés no dan tareas de escritura, porque para darlas es necesario aplicar escritura de proceso y para hacer escritura de proceso, se debe hacer borrador, lo que implica tiempo y pensando en buscar una manera más rápida, comencé a explorar las posibilidades del feedback oral”, explica nuestra investigadora.
Para usar el feedback oral, se parte dando una tarea de escritura a los estudiantes, quienes deben enviarla por correo electrónico o por otro medio digital. El docente recibe este archivo, lo revisa y realiza una evaluación vía comentario oral, mediante el podcast. El mensaje que se reenvía al alumno es privado, teniendo en cuenta que al inicio y al final, debe haber un mensaje positivo.
“Hoy una buena parte de la población tiene la posibilidad de grabar un comentario oral y los docentes pueden hacerlo de manera privada al estudiante. Esta modalidad tiene muchos beneficios, ya que es personalizado, porque el docente le habla al estudiante y hay una conversación. Es rápido, porque una grabación no puede ser extensa, de unos 4 minutos como máximo para estudiantes secundarios, porque al ser más extensa se pierde la concentración. También se debe apuntar a los aspectos más relevantes del desempeño del estudiante en la tarea, enfocando la atención en lo prioritario, lo que también ayuda a moderar al docente. También se refuerza el comentario positivo, idealmente abriendo y cerrando la conversación con comentarios positivos, lo que refuerza la disposición del estudiante para aprender y motiva a prestar más atención en lo que se está evaluando, cambiando positivamente su disposición frente al idioma inglés”, enfatiza la Mg. Roxanna Correa.
Para mejorar la práctica y enseñanza del inglés o cualquier segundo idioma, la Mg. Roxanna Correa entrega algunas sugerencias:
Para profesores: lo ideal es que prueben, hagan un ejercicio y se escuchen, porque lo ideal es que sea una voz amigable, un tono amigable y atreverse. Siempre debemos nombrar al estudiante. Debe ser genuinamente un comentario, es decir, no se trata de revisar, anotar las observaciones y después sólo leerlas.
También considerar que cuando uno quiere hablar un segundo idioma, cualquiera que sea, hay que tener en consideración que se debe conocer el tópico del cual se va a escribir, hablar, leer o escuchar. Es básico que el estudiante conozca el tópico, que sean temas que maneje en su lengua materna, de manera que la única dificultad que le quede por vencer sea el idioma, pero darle un tópico desconocido más idioma desconocido es un fracaso absoluto y ese es un error habitual, aunque parece de todo sentido común.
Está la versión de la Caperucita Roja en inglés y todos se saben la historia, entonces, al leerla o escucharla en audio van a poder diferenciar quién es el zorro, la abuelita y los personajes, de manera que los niños logren el sentido de logro, que consiste en desarrollar una tarea. Por más simple que sea la tarea en otro idioma, el sentido de logro es tremendo y ese alumno querrá hacer más. Pero si parte ‘con el pie izquierdo’, aparece la típica frase que todos hemos escuchado: ‘soy malo para el inglés’, porque alguien puso una tarea que era difícil de superar sin un inglés básico y más encima sobre un tema complicado. Siempre debemos partir con temas conocidos, historias que los niños leen en castellano, personajes que ellos admiran y la versión en inglés.
Padres: una de las premisas de estos comentarios es que son comentarios para el estudiante, no son para hacerlos públicos. Por ello, debemos promover la autonomía del estudiante. Si el comentario es brindado y recibido positivamente, el estudiante va a querer mostrarlo, porque nadie quiere compartir comentarios donde todo está malo. Dar feedback a estudiantes menores de edad vía correo electrónico se puede hacer, pero se necesita el consentimiento de los padres o el tutor legal.