• El estar en casa sin mucha actividad física y frente a un escenario de incertidumbre, trae consigo algunos excesos que son perfectamente evitables. De ello y más, hablamos con nuestra investigadora, Mg. Claudia Troncoso.

La salubridad y nutrición no pueden dejarse de lado en esta época de aislamiento y precaución, siendo el componente nutricional una piedra angular que muchas veces descuidamos.

Para nuestra investigadora y Nutricionista, Magíster en Salud Pública Basada en Evidencias con mención en Epidemiología para la Gestión, Mg. Claudia Troncoso, una buena alimentación es un componente esencial en nuestro bienestar y cumple también un rol preventivo, pero en este contexto de pandemia debemos tener especial cuidado con las medidas de higiene para evitar otros contagios. Por ejemplo, es fundamental el buen lavado de frutas y verduras. También debemos tener especial cuidado con nuestra dieta.

“El confinamiento trajo aparejado ciertas conductas ansiosas y la propia canalización de las emociones está relacionada con lo que comemos. Por un lado, están los que dejan de comer, los que comen menos, otros que comen más y otros que utilizan productos de mala cantidad”, explica Troncoso

En esta línea, añade que “en general, se produce una mal nutrición por exceso en las personas que ingieren más cantidad y más veces durante el día. Muchas veces, estando en la casa, perdemos la noción del tiempo, como si estuviéramos fuera de ella. Las personas comen las comidas principales y entremedio de estas se sigue consumiendo más alimento y eso repercute en la calidad de vida y lleva a la mal nutrición por exceso. Hoy, tampoco es recomendable hacer dietas estrictas mientras uno esté en situación de aislamiento, porque no es el momento de aumentar la posible ansiedad de una persona”, sostiene.

La investigadora hace un llamado a extremar las precauciones nutricionales. “Hay que ser más cuidadosos y tratar de ser ordenados en la estructura de las comidas. La principal recomendación es evitar los alimentos ultra procesados y envasados, porque esos en sí aportan más energía que un alimento más natural. Al contrario, es mejor tratar de que los platos sean caseros, pues esta es una tremenda oportunidad de volver a la comida tradicional, que es más saludable, da identidad a la familia y permite asegurar que el aporte de energía no sea muy alto”, finaliza.