• Pasamos de discutir si era o no prudente tener un celular en el aula a desarrollar clases virtuales. Las implicancias de este cambio lo abordamos con nuestro investigador, Dr. Marcelo Careaga.

El Covid-19 cambió la manera en que hacíamos muchas de las actividades de nuestra vida cotidiana, laboral y académica. Hoy nos hemos visto en la necesidad de reemplazar las clases presenciales por clases on line, lo que ha desafiado a profesores, estudiantes e instituciones educativas que intentan adaptarse a esta nueva modalidad, la cual para algunos representa un paso importante hacia un cambio de paradigma educativo.  La época del docente en el aula quedó en un segundo plano, al igual que la entrega de contenidos de manera presencial.

De este cambio de paradigma, hablamos con nuestro investigador, Dr. Marcelo Careaga, quien lleva años escribiendo respecto a la educación a distancia y los desafíos para el futuro.

¿Considera que estamos preparados como sociedad para afrontar así los procesos educativos?

No estamos suficientemente preparados como sociedad. Aún no se comprende la magnitud del cambio, ante los desafíos de la disrupción tecnológica. Todavía se discute si hay que utilizar celulares en las aulas de clases. Esto es una actitud contestataria y conservadora ante las demandas de innovación que requiere la integración curricular de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). Las TIC son medios que aumentan la eficacia en la acción. Lo que se requiere en educación es innovar las formas de enseñar y de aprender, cambiar los enfoques metodológicos, construir una didáctica colaborativa, promover aprendizajes autónomos y autorregulados y modificar las formas de evaluar.

¿Qué nos falta?

Falta un cambio de paradigma. Aún estamos atrapados en las concepciones clásicas de la educación, las que coexisten con algunos síntomas de innovación que podrían comenzar a prefiguran la educación del futuro. Por ejemplo, la educación mixta (b-learning), que complementa lo presencial con lo virtual, aún no logra distribuir y horizontalizar el currículum, no logra romper los límites de tiempo y espacio del aula tradicional porque, aunque utiliza TIC para aprender, se mantiene atrapada en un currículum situado y vertical.  Lo que se requiere en educación es innovar las formas de enseñar y de aprender, cambiar los enfoques metodológicos, construir una didáctica colaborativa, promover aprendizajes autónomos y autorregulados, innovar en las formas de evaluar (evaluación auténtica, evaluación por metas, por proyectos, por logros de aprendizaje basados en la evidencia epistemológica). El problema no son las tecnologías, el problema está en cómo las utilizamos y cómo les aportamos contenidos distribuidos. Se debe superar un límite epistemológico que existe entre la administración de información, que consiste en acceder y representar información (obtener, copiar y pegar), que es una suerte de oportunismo tecnológico ejercido por consumidores de información, con la gestión del conocimiento, que consiste en instalar habilidades intelectuales y prácticas en los estudiantes que les permitan generar conocimiento (teórico o práctico,) el cual, mediado por algún lenguaje (lengua materna, matemática, geometría, u otro lenguaje capaz de representar realidades concretas o abstractas) sea capaz de ser transferido.

¿Cuáles son las ventajas?

Hay que distinguir las ventajas dependiendo de las modalidades por las cuales integramos TIC en el currículo:

B-learning (aprendizaje mixto): la enseñanza y el aprendizaje presencial es complementado por el aprendizaje en ambientes virtuales, lo cual permite distribuir el currículo, superando los límites de tiempo y espacio del aula tradicional; permite enriquecer la oferta didáctica combinando recursos tangibles con recursos virtuales de aprendizaje; permite la conformación de Comunidades Virtuales de Aprendizaje, vinculando a profesores y estudiantes de manera remota; el uso de Portafolios Pedagógicos Virtuales, entre otras ventajas.

E-learning (aprendizaje virtual): esta modalidad se puede adaptar a distintas necesidades de cobertura para intentar lograr que la mayor cantidad de participantes acceda a los cursos a distancia sin tener que invertir en costos logísticos o sin necesidad de abandonar físicamente el lugar de trabajo o de residencia, pudiendo acceder a las instancias de aprendizaje por medio de Intranet, Internet, o materiales empaquetados digitalmente.

M-learning (aprendizaje móvil): que es el aprendizaje que permite establecer relaciones de aprendizaje mientras los docentes o estudiantes se desplazan geográficamente, pero mantienen capacidades tecnológicas y de conectividad que les permiten mantener comunicación.

Existen otras modalidades, tales como: aprendizaje virtual simulado; tecnologías inmersivas en educación; robótica educacional; entre otras, las cuales pueden ser utilizadas como complemento del aprendizaje presencial en condiciones normales de aprendizaje.

¿Los procesos de enseñanza deben estar regulados?

Sí, debe estar regulado según estándares de calidad para el aprendizaje en línea, pero deben ser sistemas flexibles en la organización y uso del tiempo, propendiendo a la autonomía y autorregulación de los aprendizajes.

¿Se aprende de igual manera al estar frente a un computador que en un aula?

No, por las razones anteriores, y porque estas formas de enseñanza del aprendizaje corresponden a paradigmas educativos postmodernos (propios de una transición cultural), en los cuales las dinámicas se desarrollan sobre la base de un currículo distribuido, que es distinto al currículo situado tradicional. Los principios pedagógicos, las estrategias pedagógicas, las modalidades didácticas y evaluativas son distintas. Operan según estándares que orientan las competencias docentes y las habilidades TIC que deberían desarrollar los estudiantes.